Port Sudan, Sudán
Enas es de Port Sudan en el estado del Mar Rojo del este de Sudán. Como joven afectado por la sordera, Enas trabaja con pasión para concienciar y defender los derechos de las personas con discapacidad y necesidades especiales, el derecho a la educación y el empoderamiento de la mujer. "Apoyaré, concienciaré y alentaré a las personas con discapacidad a que se expresen y participen, conozcan y exijan sus derechos, y se ayuden mutuamente a hacerlos realidad", dijo. "Es importante escuchar las voces de los jóvenes, especialmente las de los discapacitados, porque ellos son el futuro". UNICEF Sudan
Los jóvenes siguen sintiendo los impactos de la pandemia de la COVID-19, especialmente los que viven en circunstancias desfavorecidas. A pesar de que este grupo presenta un menor riesgo inmediato para la salud debido a esta pandemia, sus necesidades de protección pueden verse gravemente afectadas cuando sus cuidadores se infectan, entran en cuarentena o fallecen, lo que compromete su acceso a vivienda, alimentos y educación si se ven obligados a procurarse un medio de vida.
Las perspectivas económicas y de empleo de los jóvenes, que ya eran difíciles antes de la pandemia, se han vuelto aún más nefastas. La proporción de jóvenes que no participan en actividades de empleo, educación o capacitación (la tasa de jóvenes NEET) se ha mantenido obstinadamente alta en los últimos 15 años. Actualmente es del 30% para las mujeres jóvenes y del 13% para los hombres jóvenes en todo el mundo. Se estima que en los próximos 15 años habrá que crear 600 millones de puestos de trabajo para satisfacer las necesidades de empleo de los jóvenes.
Proporción de jóvenes que no reciben educación, empleo o capacitación (NEET) (2019)
Durante el confinamiento, y en este contexto de angustia económica y social general, los niños y adolescentes corren un mayor riesgo de sufrir violencia en el hogar. Las mujeres jóvenes y las niñas corren un mayor riesgo de sufrir violencia de género si están confinadas con sus agresores, o de ser explotadas sexualmente o forzadas al matrimonio precoz si la familia experimenta dificultades, mientras que el acceso a los servicios de apoyo se ve gravemente perturbado. Los niños no acompañados y separados, incluidos los que viven en la calle, también corren un mayor riesgo de explotación y abuso sexuales. Esos efectos se amplifican aún más en los contextos humanitarios en que los conflictos, la fragilidad y otras situaciones de emergencia han socavado la capacidad institucional y el acceso limitado a los servicios.
La educación en emergencias: los efectos persistentes de la COVID-19
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Cuando se produjo la crisis de la COVID-19, los gobiernos respondieron cerrando temporalmente las escuelas, lo que afectó al 91% (1.600 millones) de los estudiantes de todo el mundo. Al menos 463 millones de niños -un tercio de los afectados por los cierres- no pudieron acceder a ningún tipo de aprendizaje a distancia durante el cierre de las escuelas. Para septiembre de 2020, UNICEF informó que de 158 países encuestados sobre sus planes de reapertura de escuelas, uno de cada cuatro no había fijado una fecha para permitir que los estudiantes volvieran a las aulas. La pérdida de oportunidades educativas ha socavado la productividad, reducido los ahorros de toda una vida y ampliado las desigualdades. Las repercusiones económicas de la pandemia podrían causar una pérdida de 10 billones de dólares en ganancias a lo largo de la vida de esta generación de niños, lo que llevaría a 86 millones más de niños y jóvenes a la pobreza familiar para finales de 2020.
Es preocupante que la pérdida de oportunidades educativas también plantee otras preocupaciones en materia de protección que repercutirán a lo largo del próximo año, especialmente en los entornos frágiles. La UNESCO estima que 23,8 millones de niños, adolescentes y jóvenes corren el riesgo de no volver a la escuela en 2020, entre ellos 11,2 millones de niñas y mujeres jóvenes. El hecho de no volver a la escuela incrementa el riesgo de que aumente la violencia física y emocional, la explotación y el abuso sexual y el reclutamiento de niños por los grupos armados. Millones de niños podrían ser forzados a trabajar, lo que supondría el primer aumento del trabajo infantil desde 2000.90 Concretamente, cuanto más tiempo pasen las adolescentes sin asistir a la escuela, menos probable será que regresen, ya que las interrupciones en la educación aumentan considerablemente sus riesgos de contraer matrimonio precoz y forzoso y de quedar embarazadas en la adolescencia. El hecho de no volver a la escuela también cierra la puerta a una oportunidad de intervención temprana para identificar la violencia doméstica y brindar apoyo nutricional y vacunas de rutina o exámenes médicos básicos. La pérdida de estas oportunidades de intervención temprana podría dar lugar a necesidades humanitarias más amplias en 2021 y en años sucesivos.
UNICEF/Helene RyengA pesar de esos efectos, los jóvenes se han movilizado a una escala sin precedentes para responder a la pandemia y a otras crisis mundiales. Los jóvenes profesionales y estudiantes de medicina están prestando atención sanitaria esencial o participando en campañas de promoción e información. Muchos se ofrecen voluntariamente para apoyar a las personas de la tercera edad y otras poblaciones vulnerables, y contribuyen como científicos, empresarios sociales e innovadores.
A medida que la pandemia obliga al mundo a quedarse en casa, los jóvenes ciudadanos han adoptado los medios digitales para hacer oír su voz y están participando en acciones colectivas sobre cuestiones como la injusticia social, la discriminación racial y el cambio climático. El movimiento de cambio climático liderado por los jóvenes, Viernes por el Futuro, (Fridays for Future) utiliza plataformas en línea, lanzando un hashtag para la acción climática. Las organizaciones de la sociedad civil dirigidas por jóvenes, como #DefyHateNow en el Sudán Meridional, han puesto en marcha iniciativas comunitarias para luchar contra la desinformación y compartir las mejores prácticas, y aumentar la conciencia sobre la prevención y protección de COVID-19. Este nuevo nivel de compromiso presenta una oportunidad única para que el sistema humanitario internacional integre las perspectivas y el liderazgo de los jóvenes, asegurando que la acción humanitaria sea más inclusiva para los jóvenes.
Más información
Source: UNICEF
Source: ILO
Source: UNICEF
Source: World Vision International
Notas
- Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES), World Youth Report 2020 – Youth Social Entrepeneurship and the 2030 Agenda, Julio de 2020
- Naciones Unidas, Policy Brief: The Impact of COVID-19 on Women (Abril de 2020).
- Pacto para los jóvenes en la acción humanitaria, COVID-19: Working with and for Young People, Mayo de 2020
- Fore, UNICEF Executive Director remarks on new updated guidance on school-related public health measures in the context of COVID-19, 15 de septiembre de 2020; UNICEF, Are children able to continue learning during COVID-19 closures?, August 2020 and UNICEF, Keeping the World’s Children Learning Through COVID-19, 20 de abril de 2020
- UNICEF y Save the Children, Children in Monetary Poor Households and COVID-19: Technical Note, Junio de 2020
- UNESCO, Act now: reduce the impact of COVID-19 on the cost of achieving SDG 4, Septiembre de 2020
- Pacto para los jóvenes en la acción humanitaria, COVID-19: Working with and for Young People, Mayo de 2020
- UNICEF, Pandemic Participation: Youth Activism Online in the COVID-19 Crisis, 14 de abril de 2020
- UNICEF, Pandemic Participation: Youth Activism Online in the COVID-19 Crisis, 14 de abril de 2020
- Wickramanayake, Jayathma, Meet 10 Young People Leading the COVID-19 Response in their Communities, 3 de abril de 2020